viernes, 25 de enero de 2013

Risotto de setas


Uno de mis platos favoritos es el risotto, de lo que sea, pero en especial, risotto de setas. Creo que, después de Sofía Loren, es lo mejor que han aportado los italianos a il nostro mondo. Es un plato tan espectacular como fácil de sacar adelante. La técnica, la forma de preparar el plato y el resultado que obtendrás te harán sentir uno de esos chefs con veinte o treinta estrellas Michelin. O al menos uno con veinte o treinta michelines...

Ingredientes (due persone):

180g. de Arroz redondo (Carnaroli a poder ser)
600 ml. de caldo de pollo
150g de setas (Las que mas os gusten. Si tenéis la oportunidad de conseguir unos buenos boletus fliparéis en colorines)
10g. de mantequilla
30g. de parmesano rallado
1/2 Cebolleta bien picada
125ml. de Vino blanco
Perejil picado
Aceite de oliva virgen extra

Elaborazione:

Primeramente pondremos a calentar el caldo en un cazo aparte hasta llevarlo a ebullición.

Posamos una cazuela baja sobre el fuego con dos o tres cucharadas de aceite. Sofreímos la cebolleta y añadimos las setas troceadas o fileteadas. No hace falta cocinarlas demasiado, perderán volumen.

Añadiremos el arroz, lo rehogaremos junto con la cebolleta y las setas y regaremos con el vino blanco. A partir de este punto no dejaremos de remover el arroz, sólo descansaremos para echar un trago a la cerveza que os habéis abierto, que se me ha olvidado comentarlo como paso principal...

Cuando el arroz haya absorbido el vino, añadiremos de poco en poco el caldo. Añadimos un cazo y removemos, cuando se haya consumido añadiremos otro cazo, siempre de uno en uno y sin parar de remover. Así conseguiremos que el arroz suelte su almidón y nos quede meloso, cremoso.

No dejaremos que el último cazo de caldo consuma del todo, el arroz no debe quedar seco. Lo probamos, comprobaremos que el arroz está tierno pero ofrece resistencia a la mordida, al dente que dicen los transalpinos. Apartaremos del fuego y será el momento de mezclar el queso rallado, la mantequilla y el perejil picado. Mezclamos todo bien hasta que quede un arroz cremoso sublime. Emplatamos con un poco más de perejil picado y chorretón de buen aceite.

Disponeros a ser felices. Ya me contaréis pajaruelos.

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